Frente a una pintura rectovertida, es el espectador el que desencadena
el movimiento.
Al girar alrededor, puede asignar a una u otra cara llena el estatuto
de anverso (recto) o de reverso (verso) potencial.
Esta posible atribución se deja a la libre elección
de cada uno, por cuanto la rectoversión estipulando que el
recto virtual corresponde a la cara observada mientras que la cara
no vista es el verso virtual.
En cuanto a la tercera cara, constituida de vacío, es el
lado seguramente más enigmático de un cuadro rectovertido.
La sombra de éste proyectada sobre una pared acentúa
por otra parte su legibilidad.
MdC
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